La banda criminal «Las Goteras» continúa su serie de ataques implacables
En 2009, la comunidad de la Lucha Libre en México fue sacudida por la trágica muerte de dos destacados luchadores conocidos como «La Parkita» y «Espectrito Jr.». Los cuerpos de los hermanos Alberto y Alejandro Pérez Jiménez fueron encontrados en un hotel de la Ciudad de México, víctimas de una red criminal conocida como «Las Goteras».
Según las autoridades, estas mujeres se ganaron su nombre debido a su modus operandi, que consistía en suministrar sustancias sedantes a sus clientes masculinos, haciendo que perdieran el conocimiento para luego robarles sus pertenencias. En el caso de los luchadores, se descubrió que las mujeres, identificadas como Estela González Calva, alias «La Tía», y María de los Ángeles Sánchez Rueda, alias «La Gorda», los llevaron al hotel tras haberlos encontrado en un bar.
De acuerdo con testimonios recopilados en la investigación, las mujeres agregaron gotas oftálmicas a las bebidas de los luchadores para adormecerlos. Después de lograr su objetivo, abandonaron la habitación del hotel sin pagar, dejando a los luchadores sin vida. Este trágico suceso permitió revelar al público cómo operaba esta red criminal, que llevaba años operando en el país.
Tras retratos hablados y un exhaustivo operativo policiaco, las autoridades lograron capturar a Estela González Calva en julio de 2009, y a María de los Ángeles Sánchez Rueda en agosto del mismo año. Ambas fueron condenadas a 47 años de prisión y al pago de una multa de 43 mil pesos.
Sin embargo, la historia de «Las Goteras» no comenzó ni terminó con este caso. Ya desde 1997 se habían registrado casos similares, e incluso en 2008, se detuvo a una banda de 11 miembros, incluido su líder, David Avendaño Ballina, conocido como «El Hamburguesa», a quienes se les atribuyeron más de 70 crímenes. A pesar de esta captura, los crímenes continuaron y las técnicas de esta red criminal se fueron perfeccionando, utilizando chocolates con gotas sedantes o incluso aplicándolas en el cuerpo de las mujeres.
Aunque inicialmente «Las Goteras» operaban principalmente en la Ciudad de México, se registraron casos en varios estados del país, como el Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, Guanajuato, Veracruz, Morelos, Puebla, Querétaro y Jalisco.
La historia de «Las Goteras» es solo una de las muchas bandas dedicadas a este tipo de delitos en México. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por combatir estos crímenes, aún persisten y continúan afectando a personas en busca de compañía íntima.
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