Un equipo de científicos estadounidenses ha hecho un emocionante descubrimiento en las gélidas aguas del océano Antártico. Durante una expedición en esta remota región, encontraron una criatura fascinante y algo espeluznante que ha sido bautizada como Promachocrinus fragarius.
Esta nueva especie, perteneciente al grupo de los crinoideos, comúnmente conocidos como plumas de mar o lirios de mar, destaca por su estructura corporal que recuerda a una fresa, de donde proviene parte de su nombre científico. Con un color púrpura y rojizo distintivo, Promachocrinus fragarius se distingue por sus sorprendentes 20 brazos, cada uno de aproximadamente 20 centímetros de largo, que utiliza para desplazarse y flotar en las profundidades marinas.
Los científicos explican que esta criatura habita en un rango de profundidades que va desde los 65 hasta los 3,500 metros, donde se alimenta principalmente de plancton y microorganismos marinos que captura con sus brazos pegajosos. Además, Promachocrinus fragarius cuenta con pequeños tentáculos llamados cirros, los cuales poseen garras en sus extremos que le permiten aferrarse a las rocas o al fondo marino.
El descubrimiento no solo reveló a P. fragarius, sino también a otras tres especies pertenecientes al género Promachocrinus: P. unruhi, P. uskglassi y P. wattsorum, cada una con sus características únicas y 10 brazos en lugar de los sorprendentes 20 que presenta Promachocrinus fragarius.
Este hallazgo demuestra una vez más la increíble diversidad de vida que habita en las profundidades del océano Antártico, un territorio tan vasto como enigmático que sigue revelando secretos a medida que los científicos exploran sus misteriosas aguas.
